La Federación Sindical Mundial, FSM, que hoy representa a 92 millones de trabajadores y trabajadoras en 126 países, cumplirá el próximo 3 de octubre 70 años de combativa e internacionalista existencia.
Como cada año, además, la Federación Sindical Mundial convoca para el 3 de Octubre la Jornada Internacional de Acción y Lucha, que el XVI Congreso de la FSM acordó convocar anualmente en esa fecha, fecha de la fundación de la Federación Sindical Mundial.
Los trabajadores y trabajadoras, las organizaciones obreras de todo el mundo, tenemos razones suficientes para secundar esta Jornada de lucha contra el desempleo y por Trabajo digno. El 3 de Octubre tiene que ser, pues, una Jornada mundial de lucha contra el paro y el trabajo precario, con sus terribles secuelas de miseria, siniestralidad laboral , abusos y terror patronal, y también una Jornada en la que tenemos que dirigirnos a cada colectivo y a cada organización obrera, a cada trabajador desempleado, precario o simplemente explotado, con la propuesta de incorporarse a las filas de la lucha sindical, de convertir su particular situación de opresión y miseria en dignidad clasista, organización y lucha, y Unidad Obrera, y de sumar sus fuerzas al desarrollo de la organización mundial de la clase obrera.
Las organizaciones integrantes de la FSM ya han realizado eventos por el 70 aniversario como conferencias y celebraciones en Nepal, Pakistán, Australia, Cuba, Francia, Grecia, Rusia, España, Turquía, Ginebra durante la Conferencia Internacional del Trabajo, en Italia, Panamá , Venezuela, Chile, Siria, y muchas organizaciones han comenzado a planificar sus eventos para el 3 de octubre en sus respectivos países de Asia, África, América Latina y Europa, para rendir homenaje a la historia de las luchas militantes e internacionalistas de la FSM.
La FSM fué fundada en París el 3 de octubre de 1945 en el Primer Congreso de la Federación Sindical Mundial, y a él asistieron delegados en representación de 67 millones de trabajadores miembros de 56 organizaciones nacionales de 55 países y 20 organizaciones internacionales.
La fundación de la FSM se consideró un signo precursor de la nueva era que se iniciaba con la derrota del fascismo. Los trabajadores y las fuerzas democráticas vieron en la victoria un nuevo futuro para el mundo, un futuro libre del imperialismo y del colonialismo y en el que la libertad, la paz, la democracia y la prosperidad progresarían por el bien de toda la humanidad.
Era obvio para los trabajadores y los sindicatos que las meras declaraciones de los gobiernos no bastaban. En la coalición anti-Hitler y en las mismas Naciones Unidas había gobiernos y estados que habían elogiado a Hitler y que, incluso tras la victoria ante el fascismo, intentaban abolir los movimientos liberales en los países que mantenían bajo el yugo colonial. Por ello, era necesario construir la unidad de los trabajadores y de las naciones oprimidas del mundo, para conseguir los objetivos de la humanidad, los cuales se incluían en las Declaraciones.
La unidad de los gobiernos mediante las Naciones Unidas, no era suficiente. Eran necesarias nuevas organizaciones de masas, de la clase obrera en particular. De ahí el llamamiento a la unidad sindical a escala mundial.
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