29 Dec 2016
Con una resolución aprobada el 23 de diciembre, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas reiteró que los asentamientos de Israel en los territorios palestinos ocupados de la Ribera Occidental son ilegales y constituyen una violación flagrante del derecho internacional, y exigió el cese inmediato de la expansión de los asentamienots.
La resolución fue aprobada con 14 votos a favor, con la abstención de los EEUU, y se caracterizó como un importante éxito diplomatico de la Autoridad Palestina. La Embajadora estadunidense Samantha Power, que solía vetar todas la resoluciones de la ONU que estaban en contra de los intereses de Israel, decidió abstenerse de votar, según el orden del presidente saliente de los EEUU Barack Obama, qui quiere subrayar sus rivalidades interimperialistas de los últimos años con el gobierno del Primer Ministro de Israel Benjamin Netanyahu. Este último denunció la resolución de la ONU y anunció medidas de represalia, como la congelación de relaciones entre el Ministerio de Asuntos Exteriores de Israel y los Ministerios de Asuntos Exteriores de 12 de los 14 países que votaron a favor de la resolución. Además, rechazó un encuentro con los Ministros de Asuntos Exteriores de Gran Bretaña y China, anuló la visita del Primer Ministro de Ucrania en Tel Aviv, suspendió el apoyo financiero hacia Senegal así como contribuciones financieras a oranizaciones y servicios de la ONU.
Al otro lado, el Presidente de Palestina Mahmoud Abas espera que la Conferencia de Paris sobre la cuestión palestina establezca el fin de la expansión de los asentamientos judíos así como la reapertura del diálogo sobre la paz.
En todos los casos, la abstención de los EEUU durante el Consejo de Seguridad de la ONU, que es la primera desde los años setenta, no es neceseriamente un cambio en la diplomacia estadunidense. Quizás el presidente saliente quiera impulsar su reputación, pero la verdad es que protegía y promovía los intereses de las fuerzas de ocupación de Israel durante muchos años, como igualmente lo hizo con la desición reciente sobre el paquete de asistencia financiera y militar a Israel.
La resolución fue aprobada con 14 votos a favor, con la abstención de los EEUU, y se caracterizó como un importante éxito diplomatico de la Autoridad Palestina. La Embajadora estadunidense Samantha Power, que solía vetar todas la resoluciones de la ONU que estaban en contra de los intereses de Israel, decidió abstenerse de votar, según el orden del presidente saliente de los EEUU Barack Obama, qui quiere subrayar sus rivalidades interimperialistas de los últimos años con el gobierno del Primer Ministro de Israel Benjamin Netanyahu. Este último denunció la resolución de la ONU y anunció medidas de represalia, como la congelación de relaciones entre el Ministerio de Asuntos Exteriores de Israel y los Ministerios de Asuntos Exteriores de 12 de los 14 países que votaron a favor de la resolución. Además, rechazó un encuentro con los Ministros de Asuntos Exteriores de Gran Bretaña y China, anuló la visita del Primer Ministro de Ucrania en Tel Aviv, suspendió el apoyo financiero hacia Senegal así como contribuciones financieras a oranizaciones y servicios de la ONU.
Al otro lado, el Presidente de Palestina Mahmoud Abas espera que la Conferencia de Paris sobre la cuestión palestina establezca el fin de la expansión de los asentamientos judíos así como la reapertura del diálogo sobre la paz.
En todos los casos, la abstención de los EEUU durante el Consejo de Seguridad de la ONU, que es la primera desde los años setenta, no es neceseriamente un cambio en la diplomacia estadunidense. Quizás el presidente saliente quiera impulsar su reputación, pero la verdad es que protegía y promovía los intereses de las fuerzas de ocupación de Israel durante muchos años, como igualmente lo hizo con la desición reciente sobre el paquete de asistencia financiera y militar a Israel.
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