20 Dec 2016
Persiguen,
desaparecen y asesinan a los integrantes de movimientos sociales que
denuncian la explotación, el saqueo de los recursos naturales y la
contaminación que provocan las transnacionales en Colombia.
Ya son 94 los líderes sociales
asesinados solo en 2016, según un informe presentado por el Instituto de
Estudios para el Desarrollo y la Paz (INDEPAZ), aunque datos de
informes independientes registran un número mayor: 114. Esta lamentable
radiografía representa el mayor reto para el Gobierno, que además de
silenciar los fusiles de las FARC-EP, deberá hacer lo mismo con los que
están intimidando a los líderes sociales.
A esta información se suman, entre enero y junio, 232 amenazas, 21
atentados, y 314 agresiones sexuales, según el Programa Somos
Defensores.
En la primera semana de diciembre, durante la audiencia pública “Crímenes contra la paz” realizada en el Congreso de la República, organizaciones sociales aseguraron que “los ataques contra líderes sociales son una muestra de reorganización paramilitar en 27 de los 32 departamentos del país”.
Uno de los datos más preocupantes es que 40 se han presentado en el Cauca. Le sigue Antioquia, con 15 casos.
CAUCA 40
ANTIOQUIA 15
NARIÑO 08
VALLE DEL CAUCA 05
CÓRDOBA 05
CHOCÓ 04
CUNDINAMARCA 04
NORTE DE SANTANDER 04
BOLÍVAR 04
En otro departamento, Putumayo, los
diferentes actores armados buscan controlar los recursos naturales, en
10 de sus 13 municipios hay cultivos de coca, particularmente en los
cercanías a Puerto Asís y el Corredor Puerto Vega Teteye.
El 12 de diciembre fue asesinado de seis
disparos el líder social Guillermo Veldaño, perteneciente al movimiento
Marcha Patriótica, en el corregimiento de Puerto Vega del municipio de
Puerto Asís, departamento Putumayo, en Colombia. Era defensor del agua.
Las modalidades de violencia no buscan afectar únicamente a la víctima
directa de la agresión, sino apropiarse del espacio territorial en el
que ella se encuentra. De esta manera, los panfletos, las
desapariciones, la violencia sexual, y los asesinatos son la expresión
criminal ante la no-presencia de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de
Colombia – Ejército del Pueblo (FARC-EP) en esos territorios, sostienen
diversos informes del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH).
¿Qué hay detrás del asesinato de líderes campesinos?
La Oficina de DD. HH. de la ONU en Colombia detalla que trece de los 57
homicidios de líderes sociales presentados en 2016 ocurrieron luego de
la firma del primer acuerdo de paz entre el Gobierno y las FARC-EP en
Cartagena. Siete fueron en áreas rurales, dentro de los que se incluyen
los ocurridos en el pasado mes de noviembre en Meta, Caquetá y Nariño.
Según el organismo, las zonas rurales en
las que se han cometido los homicidios de los líderes sociales fueron
territorios en los que las FARC-EP habían tenido presencia histórica,
pero que luego de la firma y con la movilización de los insurgentes
hacia las zonas de preagrupamiento quedó un vacío que aprovechan los
paramilitares ante la ausencia del Estado.
El accionar paramilitar en Colombia se
erige como la principal amenaza al proceso de paz iniciado por las
FARC-EP y el Gobierno y los diálogos con la insurgencia del Ejército de
Liberación Nacional (ELN), que eventualmente inician en su fase pública
en los próximos días.
Esta oficina de la ONU pidió al Estado
garantizar la seguridad tanto de líderes sociales como de la población
que resulta involucrada en estos hechos de violencia y pidieron a la
Fiscalía que priorice estas investigaciones.
Fuente. Telesur
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