jueves, 1 de julio de 2021

Artículo del compañero Lisímaco Velasco de la CTE – Ecuador y UIS P&J FSM

 


NUEVOS RETOS: EL ECUADOR DEL 2021

En este país de la Mitad del Mundo y de las paradisiacas Islas Galápagos, fue el escenario para la gran fantasía, para el cuento de hadas, de una supuesta “revolución ciudadana” que acuñó disparates como el que decía que “la revolución ya es de todos” esto es de burgueses y proletarios, o decía que en este paraíso no existían las clases sociales, sin embargo, existían “pelucones”, como el charlatán de Palacio denominaba a la burguesía, el inventor de que las casa producen la plusvalía y no los obreros, o de que el ser humano estaba sobre el capital en el capitalismo, el economista que no distinguía la diferencia entre valor y precio, son parte un largo listado de disparates, tanto políticos, como teóricos.
El cuento de un supuesto socialismo del siglo XXI, que no tiene ningún asidero teórico, ninguna teoría que lo respalde, fue la forma en que se presentó, un sector de derecha corrupta, que a diferencia de la derecha empresarial que explota, esta derecha corrupta simplemente roba, no tiene otro objetivo de existencia y así lo hizo, y nunca terminará de descubrirse el latrocinio completo, cuyos tentáculos se mantienen con vida aún en el 2021, después de los últimos 4 años de encubrimiento a los delincuentes que les precedieron los 10 anteriores.
Varias veces hablamos de la derecha abierta y de la derecha encubierta, y era funcional a los intereses de las dos, hacer aparecer, como que ésta última era una izquierda, y así fue propagandeada por los medios de comunicación, que no son más que empresas que difunden el pensamiento de sus empresarios. Se hizo creer que era una izquierda, mientras se ocultaba que siempre estuvo en contra de la clase obrera y de los trabajadores, y que siempre estuvo en favor de la burguesía y particularmente de los banqueros, como de demuestran sus propias declaraciones y los informes de la Superintendencia de Bancos.
Luego de esos 14 años delincuenciales, el pueblo ecuatoriano en las urnas, no votó en favor del banquero sino en contra del ladrón, con lo que, derrotada la derecha encubierta, asumió la derecha abierta, presente de cuerpo entero, por lo que ahora lo único posible es una agudización de la lucha de clases, acompañada de una sutil, ingeniosa, refinada, forma de hacer política y de explotar, utilizando los avances de la tecnología para ocultar lo que se conoce como una extracción de plusvalía extraordinaria.
La derecha corrupta se encargó de corromper no solo en la economía, sino en la conciencia, en la forma de pensar y de interpretar el mundo, en la forma de entender el sistema de explotación, le dejó arreglada la cancha a sus coidearios de la burguesía, para que, con una sociedad, una clase obrera y unos trabajadores ideológicamente deformados, puedan dar rienda suelta, al incremento de sus desmedidas ganancias, mediante la aplicación de nuevas y más sofisticadas formas de explotación.
Pero el Ecuador, en este mundo globalizado, cada vez más interconectado y dependiente, es parte de una región latinoamericana, en la cual, más que en otros sectores del planeta, encontramos organizaciones políticas y gremiales, que producto de su falta de formación ideológica, han sido presa fácil del cuento denominado socialismo del siglo XXI, que logró convencer al mundo, de que es posible construir socialismo dentro del sistema capitalista, y solo ha derivado en miseria para la clase obrera y los trabajadores, en tanto se ha fortalecido la explotación de la fuerza de trabajo, propia del sistema capitalista, lo
cual se oculta con discursos supuestamente antiimperialistas para lograr apoyos internacionales y ocultar las realidades nacionales, donde la clase obrera y sectores populares se debaten en la miseria.
Es hora de tomar al toro por los cuernos, de enfrentar la lucha ideológica contra las posiciones de la derecha tanto abierta como encubierta, con las posiciones socialdemócratas de la conciliación de clases, de esclarecer el significado y contenidos de la posición socialista de la clase obrera, no de los socialismos de la pequeño burguesía, ni de la burguesía, ni de la corrupción, de esos socialismo que ya existían desde mediados de los años 1800 y que ya fueron denunciados y combatidos por las posiciones del socialismo científico, marxista, que tiene como fundamento, la existencia de clases sociales antagónicas, de la lucha entre ellas y la necesidad de la toma del Poder, por parte de la clase obrera.
Basta de dejar que la burguesía, que las grandes empresas, que las transnacionales y sus sirvientes se encarguen del qué hacer político, en tanto que la clase obrera solo se encarga de trabajar. Es tiempo de que, junto a la vida laboral, vaya de la mano una vida política, consecuente con esa vida laboral, y con la conquista de todos y cada uno de los derechos tanto laborales, como económicos y políticos. Si nosotros somos los que hacemos la producción, por qué otros son los que tienen que hacer la política.
No podemos seguir pensando que trabajador es solamente un poco más del 30% que tienen un trabajo formal, sino además también cerca del 70% que se encuentran en el subempleo y el desempleo. No son trabajadores solamente las personas que están activas laborando, sino también aquellas que hoy se encuentran jubiladas, porque las condiciones de las jubiladas son incluso peores que de las activas.
La consigna de que “la lucha continúa” seguirá vigente siempre, pero es necesario recordar que hay una lucha económica y una lucha política, y que las dos están atravesadas por una lucha ideológica, y tenemos que estar en todas las formas de lucha.

Lisímaco Velasco
21/06/2021

http://www.wftucentral.org/articulo-del-companero-lisimaco-velasco-de-la-cte-ecuador-y-uis-pj-fsm/?lang=es


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