miércoles, 22 de febrero de 2017

24F: CONCENTRACIÓN EN CÁDIZ CONTRA LOS RECORTES EN LAS PENSIONES








24F: CONCENTRACIÓN EN CÁDIZ CONTRA LOS RECORTES EN LAS PENSIONES
¡NO AL PACTO DE TOLEDO! ¡PENSIONES PÚBLICAS DIGNAS!
Esta concentración se enmarca en el llamamiento realizado por las Marchas de la Dignidad 22M a nivel estatal. Un llamamiento al conjunto de la movilización contra los recortes socio-laborales, pues los ataques a las pensiones no pueden desligarse de las continuas reformas laborales que han extendido la precariedad a millones de personas, del copago de los medicamentos, de la destrucción de los servicios públicos, de los desahucios, de la escandalosa subida de la luz, etc.
Dicen que aumenta la proporción de pensionistas, pero porque no se cubren las plazas que ellos dejan libres. La Seguridad Social recauda menos porque disminuye la cotización de la clase trabajadora debido a la altísima precariedad en el empleo como consecuencia de las sucesivas reformas laborales. A lo que se añade que la patronal paga cada vez menos aunque gane más, por la “disminución en la cotización” que se aplica como “estímulo a la creación de empleo”. Para colmo, están vaciando el Fondo de Reserva de la Seguridad Social que pertenece a la clase obrera, llegando a utilizarlo en operaciones de emisión de deuda.
Las condiciones de vida de jubilados y pensionistas se han deteriorado gravemente en las dos últimas décadas, a raíz del Pacto de Toledo suscrito por la patronal, los grupos parlamentarios y CCOO y UGT. Dicho Pacto exime al Estado de su responsabilidad en el pago de las pensiones y abre vía a los fondos de pensiones. Pero la situación de pobreza no afecta sólo a los pensionistas: algo más del 34% de los hogares españoles sobreviven exclusivamente con los ingresos de una pensión. En la provincia de Cádiz este porcentaje prácticamente se multiplica por dos.
Por eso, el ataque a las pensiones no solo afecta directamente a “los mayores”. Es algo que incumbe en primer lugar a la juventud más precarizada y empobrecida.
La exigencia inmediata debe ser la derogación de las reformas de las pensiones, del Pacto de Toledo y el requerimiento de que todo el sistema de pensiones esté garantizado por los Presupuestos Generales del Estado. Y no es que falte dinero público. ¿De dónde han salido los centenares de miles de millones puestos a disposición de la banca y las grandes empresas, los rescates de autopistas y aeropuertos fantasmas? Y qué decir de las escandalosas reducciones de impuestos a las rentas más altas, las SICAV, las amnistías fiscales, las enormes evasiones fiscales, los desmesurados gastos militares al servicio de la agresión de otros pueblos.
Por eso desde las Marchas de la Dignidad planteamos que tanto en las luchas por mejorar las pensiones como en todas las relativas a los servicios públicos y a los derechos socio-laborales, es imprescindible tener siempre presente el ¡NO AL PAGO DE LA DEUDA! y la negativa a cumplir los objetivos de Déficit impuestos por la UE y el FMI. Es imposible vivir dignamente dentro del marco jurídico-político de la Unión Europea y del Euro.
Llevamos años de protestas y movilizaciones. Y la conclusión es clara: si bien las luchas por mejoras concretas son legítimas e indispensables, lo fundamental es incrementar la organización y el poder del pueblo para una tarea cada vez más indispensable: destruir el capitalismo como sistema social para poner la riqueza y el poder en manos del pueblo. Es más: solo teniendo en cuenta esta perspectiva y unificando las diferentes luchas es como obtendremos mayores reivindicaciones parciales en el día a día.
Viernes 24 de febrero a las 19:00h, Plaza Fragela



 ¡NO AL PACTO DE TOLEDO! ¡PENSIONES PÚBLICAS DIGNAS!
¡DEROGACIÓN DE LAS REFORMAS LABORALES. AMNISTÍA Y LIBERTAD DE EXPRESIÓN!
¡NO AL PAGO DE LA DEUDA!
Las reformas laborales -que han extendido la precariedad a millones de personas-, los recortes de las pensiones, el copago de los medicamentos, la destrucción de los servicios públicos, los desahucios, la escandalosa subida de la luz, etc., son medidas criminales contra la clase obrera que van destruyendo nuestras condiciones de trabajo y de vida.
Sabemos que ahora son las pensiones las que están en el punto de mira: dicen que son “insostenibles”, que los trabajadores somos los responsables, que el problema es que vivimos demasiado y que hay muchos más jubilados que activos... ¿Qué hay de verdad en eso?
Es verdad que aumenta la proporción de pensionistas, pero porque no se cubren las plazas que ellos dejan libres. Por ejemplo en todas las administraciones públicas, incluidas educación y sanidad, sólo se cubre una de cada 10 bajas por jubilación. Pero, sobre todo, ¿por qué la Seguridad Social (SS) recauda cada vez menos?
La causa fundamental es que la clase trabajadora cotiza menos debido a la altísima precariedad en el empleo como consecuencia de las sucesivas reformas laborales: salarios bajísimos, contratos a tiempo parcial, economía sumergida, falsos autónomos, etc. Así, aunque se crea empleo (basura, claro), caen en picado las cotizaciones por ocupado.
La patronal paga cada vez menos aunque gane más, por las bonificaciones (disminución en su cotización) que los sucesivos gobiernos le aplican como “estímulo a la creación de empleo”. Esta significativa bajada de ingresos, lejos de ser remediada en sus causas fundamentales, ha llevado a los últimos gobiernos a vaciar el Fondo de Reserva de la Seguridad Social que pertenece a la clase obrera. En los últimos años ha pasado de tener 65.401 millones de euros a 15. 676.
¿Cuál es la situación de jubilados y pensionistas? Sus condiciones de vida se han deteriorado gravemente en las dos últimas décadas, a raíz del Pacto de Toledo suscrito por la patronal, los grupos parlamentarios y CCOO y UGT. Dicho Pacto exime al Estado de su responsabilidad en el pago de las pensiones y abre vía a los fondos de pensiones, que para más escarnio, desgravan impuestos y de cuya gestión participan CCOO y UGT. Desde entonces, entre otras cosas, se ha aumentando de 8 a 15 años el periodo de cálculo reduciendo sensiblemente los ingresos, ha pasado de 35 a 37 años el tiempo de cotización necesario para percibir el 100% de la pensión y se ha retrasado la edad de jubilación desde los 65 a los 67 años.
La mayor parte de los pensionistas viven en condiciones de gran pobreza. Dos tercios de los más de 8 millones y medio de pensionistas tienen pensiones de menos de 1.000 euros. De ellos, el 40% (2,6 millones) no llegan a los 600 euros. La injusticia es más flagrante para las mujeres: su pensión mensual promedio es inferior a la de los hombres en 421 euros.
Esta situación no afecta sólo a los pensionistas: algo más del 34% de los hogares sobreviven exclusivamente con los ingresos de una pensión.
¿Qué debemos exigir? La exigencia inmediata debe ser la derogación de las reformas de las pensiones, el rechazo del Pacto de Toledo y el requerimiento de que todo el sistema de pensiones (pensión mínima de 1.080 euros) esté garantizado por los Presupuestos Generales del Estado.
Esta reivindicación es perfectamente factible desde el punto de vista económico. ¿De dónde, sino del dinero público, han salido los centenares de miles de millones puestos a disposición de la banca, de las grandes empresas, los rescates de autopistas y aeropuertos fantasmas, etc? ¿Dónde van las escandalosas reducciones de impuestos a las rentas más altas, las SICAV, las amnistías fiscales, las enormes evasiones fiscales impunes, los desmesurados gastos militares al servicio de las guerras imperialistas, sino a las mismas manos privadas del gran capital? El dato más demoledor es que la productividad por persona ocupada, en el Estado español, entre 1976 y 2015 ha crecido un 61%. ¿Dónde ha ido esa riqueza producida por la clase obrera? La respuesta la conocemos: el capital se ha apropiado de su inmensa mayoría.
Desde las Marchas de la Dignidad, al tiempo que nos sumamos decididamente a todas las luchas por mejorar las pensiones, planteamos que en este caso, al igual que en todos los relativos a los servicios públicos y a los derechos socio-laborales, es imprescindible negarse al pago de la Deuda y a los objetivos de Déficit impuestos por la UE y el FMI. Denunciamos a todas las fuerzas institucionales por ocultarlo y afirmamos que es imposible tener soberanía política y vivir dignamente dentro del marco jurídico-político de la Unión Europea y del Euro. No hay más salida compatible con la soberanía del pueblo que prepararse para luchar contra una Troika, que encarna los intereses del gran capital.
Las Marchas de la Dignidad plantean a la clase obrera y al pueblo trabajador que, si bien las luchas por mejoras concretas son legítimas e indispensables, lo fundamental es incrementar la organización y el poder del pueblo para una tarea cada vez más indispensable: destruir el capitalismo como sistema social para poner la riqueza y el poder en manos del pueblo.
Marchas de la Dignidad. Coordinadora Estatal. Enero de 2017 (extracto)

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