En el Día Internacional contra el Trabajo Infantil, la Federación Sindical Mundial, con todas sus afiliadas de todo el mundo, reafirma su firme determinación de luchar contra todas las formas de explotación infantil. La FSM mantiene sus firmes posiciones, para acabar con el trabajo infantil y restablecer el derecho de los niños a una infancia.
Han pasado 21 años desde la adopción de este día por las Naciones Unidas en 2002 para centrar la atención en la extensión mundial del trabajo infantil y las iniciativas internacionales de acción y esfuerzos para eliminarlo, el mal prospera más profundamente en el sistema explotador del capitalismo. Hasta el día de hoy, niños de tan sólo 5 años realizan trabajos peligrosos como la minería submarina, el levantamiento de cargas pesadas, el manejo de máquinas peligrosas en fábricas, etc. La mayoría de los niños trabajan en la agricultura, donde manipulan productos químicos tóxicos. De estos 79, millones realizan regularmente trabajos que suponen un peligro inmediato para su salud física y mental. Una de cada cuatro víctimas de la trata son niños que realizan trabajos forzados, según datos de UNICEF. La esclavitud infantil sigue siendo persistente. Según la Organización Internacional del Trabajo, 22 mil niños mueren cada año mientras trabajan.
El trabajo infantil en el mundo ha alcanzado cotas meteóricas en los últimos años. Entre 2016 y 2020 -por primera vez en 20 años- ha aumentado el número de niños trabajadores en todo el mundo. El impacto económico sin precedentes de la pandemia Covid-19, así como la crisis capitalista y las guerras, están empujando aún más a los niños al trabajo infantil explotador y peligroso.
La pobreza, la baja alfabetización y la inseguridad alimentaria son las causas que impulsan el trabajo infantil. La OIT calcula que un aumento del uno por ciento de la pobreza en un país conlleva al menos un aumento del 0,7 por ciento en las tasas de trabajo infantil. La mayor parte del trabajo infantil se concentra en los países más pobres. El aumento de la pobreza, el cierre de escuelas y la mayor inseguridad alimentaria harán que millones de niños más se vean obligados a trabajar en los próximos años.
Las peores formas de trabajo infantil proliferan también en situaciones de conflicto y posconflicto. Se utiliza a los niños directamente en las hostilidades y se les dedica a tareas de apoyo y con fines sexuales en los conflictos armados. La utilización de niños en los conflictos armados es la peor forma de trabajo infantil y de violación de los derechos humanos.
El trabajo infantil es injusto en todas sus dimensiones y sus raíces sistémicas se encuentran en el bárbaro sistema capitalista. El trabajo infantil es la norma en el capitalismo y está totalmente normalizado en el sistema capitalista.
La FSM está comprometida con su objetivo de establecer un orden mundial equitativo que garantice a todos la posibilidad de desarrollarse y prosperar como seres humanos. Volveremos a comprometernos con este objetivo e intensificaremos nuestra acción para poner fin a la explotación inhumana de los niños. Mediante la lucha y la acción, todos los niños del mundo podrán disfrutar de su derecho a una infancia libre de explotación.
La Federación Sindical Mundial se compromete a luchar para poner fin al orden económico de explotación, para instaurar una sociedad equitativa y socialista en la que todos los niños disfruten del derecho a crecer y convertirse en seres humanos buenos y productivos.
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