La Federación Sindical Mundial expresa su tristeza e indignación por el accidente mortal en la mina de carbón de Bartın Amasra, en Turquía, que ha costado la vida a decenas de mineros sacrificados en aras del beneficio.
Según la información oficial, 41 trabajadores murieron, decenas están heridos y 11 fueron hospitalizados. Este nuevo homicidio laboral se produce 8 años después de la masacre de Soma, que costó la vida a 301 mineros en Turquía. Parece que no se han mejorado las condiciones de trabajo durante los 8 años posteriores a la masacre de Soma.
La mina de carbón en la que se produjo el homicidio en el lugar de trabajo no está gestionada por el sector privado, sino por el propio Estado. Este hecho demuestra que la codicia por obtener más beneficios es más prioritaria que la vida de los trabajadores, no sólo en el sector privado, sino también en el sector público de Turquía. Así, los trabajadores inocentes son sacrificados en aras de una mayor explotación y beneficios del capitalismo.
Este homicidio en el lugar de trabajo ha sido un incidente absolutamente previsible. Según un informe elaborado por el Tribunal de Cuentas turco en 2019, el riesgo de explosión en la mina de carbón ha aumentado debido a la profundidad de producción de 300 metros. A pesar de este hecho, no se tomaron precauciones y 41 trabajadores perdieron la vida debido a una explosión del grisú.
Como se recuerda, después de la masacre de Soma, Tayyip Erdoğan, presidente de Turquía dijo “Morir está dentro de la naturaleza de este trabajo”. Erdoğan volvió a utilizar explicaciones similares tras la masacre laboral en las minas de carbón de Bartın, que provocó la muerte de 41 mineros. Dijo: “Somos las personas que creen en el plan del destino. Como creemos en el plan del destino, estos accidentes ocurrieron, ocurren y ocurrirán en el futuro”. Es decir, atribuye este tipo de delitos laborales al “destino”, aunque estos accidentes que provocan la muerte de muchos trabajadores pueden evitarse fácilmente adoptando simples medidas de protección. De este modo, los homicidios laborales en Turquía se naturalizan y se muestran como si fueran casos ordinarios. Como resultado de este hecho, Turquía ha sido clasificada como el primer país donde más mineros son asesinados en crímenes laborales.
Uno de los aspectos más importantes de este accidente mortal es la realidad del sindicalismo amarillo en Turquía. Los sindicatos amarillos que se organizan en las minas han sido partícipes de estos homicidios laborales al ignorar la falta de medidas de protección adecuadas.
Nuestros pensamientos están con las familias de los trabajadores que perdieron la vida intentando ganarse el sustento. La FSM exige la realización de una investigación independiente y el castigo de los responsables, una indemnización completa y la aplicación inmediata de medidas de protección adecuadas en todas las minas y lugares de trabajo de Turquía. Expresamos nuestra solidaridad con la clase trabajadora de Turquía que una vez más llora a sus hijos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario