miércoles, 22 de noviembre de 2023

La Confluencia Sindical de la Bahía de Cádiz sobre la convocatoria de “huelga general” de "Solidaridad", una organización registrada como “sindicato”

 A lo largo de más de dos semanas, en varios puntos del Estado pero, sobre todo, en Madrid, se ha estado convocando en la calle, desde las fuerzas más oscuras de la extrema derecha, “movilizaciones” contra todo. La población trabajadora ha tenido que soportar la exhibición de simbología, hagiología, letanías fascistas y neofranquistas de una parte de “las gentes de bien”. Realmente no se pronuncian a favor de nada más que del mantenimiento de su propio estatus, para lo que no dudan en coaccionar, perseguir y hasta agredir a cualquiera que ande cerca y no porte alguna de sus insignias. Durante todo este prolongado tiempo, la gran masa, la gente trabajadora, ha contemplado estupefacta cómo el fascismo irrumpe en la calle, provoca altercados, se enfrenta a la policía, causa daños a mobiliario público día tras día sin que les caiga encima todo el peso de la ley… ni de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.

Tampoco las organizaciones políticas, sindicales, ni el activismo social y popular hemos reaccionado ante esta amenaza creciente. Al principio, se cae en el debate sobre el señuelo de “la ley de amnistía”. Esto nos mantiene entretenidos mientras, además, se duda si simplemente condenar el despliegue fascista acarrearía aparentar alineación con la política estatal o apoyo al gobierno… El encuadre de todo esto, en mitad de un proceso de investidura que parece que a nadie contenta del todo, con todas las formaciones políticas institucionales devorándose y despiezándose entre ellas para repartirse puestos y réditos, también contribuye a no querer situarse en la “acera de enfrente” de lo que cada vez es más y más una fiesta de la ultraderecha.
Solo podía faltar la convocatoria de una “huelga general”.
El reconocido “sindicato de Vox” no se presenta a elecciones sindicales ni a delegados de personal, no negocia convenios colectivos y “hay dudas de que sea un auténtico sindicato porque no se le conoce actividad alguna en el sistema de relaciones laborales”, según declara un catedrático de derecho del trabajo de la Universidad de Sevilla. Y, como ya se sabe -y tanto nos lo hacen recordar en determinados momentos a la Confluencia Sindical de la Bahía de Cádiz-, los sindicatos minoritarios pueden convocar huelga siempre que demuestren “implantación” en los centros de trabajo… y para que sea “huelga general” un requisito es que los convocantes representen un 10% de los delegados sindicales (de un total de unos 270.000 en el Estado español). Además, una huelga puede declararse “ilegal”, según el artículo 11 del Real Decreto Ley 17/1977 sobre relaciones de trabajo, “cuando se inicie o se sostenga por motivos políticos o con cualquier otra finalidad ajena al interés profesional de los trabajadores afectados”. Por eso, la citada organización de ultraderecha propone, como primer motivo de su convocatoria, “cesar las políticas de recortes sociales y supresión de derechos laborales que se vienen implementando desde el Gobierno y provocan la desigualdad de los trabajadores de España”. Y ya está. Tras esto, un batiburrillo de más populismo demagógico envolviendo como un manto sucio el envenenado contenido de la “una, grande y libre” y del “muera la inteligencia y viva la muerte”.
¿Cómo han conseguido sacar adelante la convocatoria? Lo realmente importante de la respuesta a esta pregunta es su traducción para las fuerzas progresistas en los ámbitos político, sindical y social: se le está otorgando impunidad al fascismo y este lo está aprovechando para ocupar los espacios y lugares que deben destinarse a la organización de clase por el mantenimiento de los derechos y la consecución de avances, no retrocesos, en el entorno laboral y social. Es una aberración que dejemos que la imprescindible lucha contra los recortes sea utilizada por la pandilla del aguilucho y más “gente de bien” que anhelan que vuelvan los que convirtieron a España en un campo de muerte obrera. Más intolerable aún, cuando tendremos que retomar con claridad y fuerza esa lucha ante las contundentes exigencias de ajustes que vienen de Bruselas y que se han vuelto a recordar una vez investido el nuevo Gobierno.
Otra gran idea de la ultraderecha es la de registrar una “marca estudiantil” para poder así también convocar a los estudiantes. Total, solo había que contemplar cómo una parte del alumnado se acoge en masa al derecho a “inasistencia colectiva justificada” en cuanto sale la más mínima convocatoria para ello. ¿Por qué iban a ser las organizaciones de estudiantes exclusivas de la izquierda? Tan fácil como ir al registro y presentar unos estatutos envuelto en otro demagógico manto sucio.
SINDICATOS DE CLASE, COLECTIVOS Y ASOCIACIONES DE LA CLASE TRABAJADORA:
LA LUCHA ANTIFASCISTA ES TAMBIÉN LA BATALLA, DESDE EL SENO DE NUESTRA CLASE, POR NUESTROS SERVICIOS PÚBLICOS, POR LOS DERECHOS LABORALES, POR LAS GARANTÍAS ECONÓMICAS. Y ES LA HORA DE DAR ESA BATALLA.
Ya basta de mantener la ilusión de que “son cuatro gatos” y que al tenerlos en cuenta “se les concede la propaganda que pretenden obtener”. Tenemos que DENUNCIAR Y COMBATIR AL FASCISMO AHORA, sin miedo, sin intimidación, sin autorreproche y sin complejo de “hacerle el juego” a nada ni a nadie. Porque el sistema no dudará en jugar la carta de un gobierno “democrático” al dictado de la oligarquía al tiempo que echará mano de esta banda de fascistas convertidos en matones. La Historia es clara al respecto. HAY, PUES, QUE TOMAR Y RECUPERAR YA LOS ESPACIOS DE ORGANIZACIÓN DE LAS CLASES POPULARES EN LOS BARRIOS Y EN LOS CENTROS DE TRABAJO antes del crecimiento y fortalecimiento de estas bandas.




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