La tormenta ETA ha desencadenado lluvias torrenciales, deslaves catastróficos e inundaciones en América Central, matando a decenas de personas, desplazando a más de 300.000 y convirtiendo las calles de las ciudades en furiosos torrentes.
Según fuentes gubernamentales, por lo menos 50 personas perdieron su vida en Guatemala, incluidas 25 que murieron en un deslave en la aldea Quejá, 5 personas murieron en Panamá, 4 en Honduras, 2 en Costa Rica y 2 en Nicaragua.
Los trabajadores y los estratos populares están una vez más desprotegidos contra los desastres naturales y pagan con sus vidas el costo de la falta de medidas de protección adecuadas en todos los aspectos de sus vidas.
La Federación Sindical Mundial exige el apoyo de las zonas afectadas para el restablecimiento pleno e inmediato y la indemnización de los daños. Al mismo tiempo, el movimiento sindical internacional de clase continuará sus luchas multiformes por la aplicación de medidas de protección adecuadas en todos los aspectos de la vida.
El Secretariado
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